tit4.gif (2722 bytes)

 

c3.jpg (28055 bytes)

El recuerdo de los retratos que Velázquez realizó de diversos miembros de la familia del rey Felipe IV parece haber presidido la ejecución de esta pintura, un tanto mediocre de calidad por su acusada planitud, sobre todo en lo que se refiere a la figura, de actitud muy envarada y poco natural. Cubierta con tocado de plumas complementado con otras blancas salpicadas de rojo y azul y gran lazo rojo, la infanta, que luce grandes pendientes, viste ropa o jubón ricamente decorado y con mangas abullonadas y acuchilladas. El amplio escote, que responde al tipo llamado "degollado" porque tal sensación daban las damas que lo lucían, deja los hombros al descubierto, correspondiendo a la moda de los años del reinado de Carlos II, ya en la segunda mitad del siglo XVII. Con la mano derecha, la infanta sostiene el cañón de una escopeta, mientras que, con la izquierda, sujeta la correa de un perro. El fondo de paisaje, bastante mejor de factura y cromatismo que dama y can, intenta reproducir en el lado izquierdo las lejanías serranas de los cuadros de Velázquez.

ANÓNIMO ESPAÑOL (Segunda mitad del siglo XVII)

Lienzo 197 x 106 cm.

flech.gif (2010 bytes)