La
mayor parte de los historiadores de la arquitectura y de los comentaristas de temas
madrileños coinciden en afirmar que, a la bella imagen externa del edificio, se
corresponde una acertada e interesante distribución interna, gravitando toda la
articulación de la antigua Aduana en torno a los tres patios y a la magna escalera
principal, articulación que Sabatini habría podido asimilar de las obras
arquitectónicas de Vanvitelli y que, vinculada todavía a una concepción espacial propia
del último barroco, permanecería siempre presente en sus planteamientos, jugando
sabiamente con patios y escaleras.
Así lo hizo en la Casa Aduana y así intentaría hacerlo más tarde en
el inconcluso Hospital General de Madrid y en la proyectada, pero nunca realizada,
ampliación hacia el norte de la capilla del Palacio Real Nuevo.
La puerta principal del edificio permite el acceso a un amplio vestíbulo
dividido en tres naves por diversos pilares que configuran un espacio de carácter
escenográfico, tanto por la compartimentación visual que producen como por actuar de
ámbito de paso y elemento de penetración hacia el gran patio del fondo y el doble
arranque de la escalera principal.
Tras los dos primeros tramos separados por un par de gruesos pilares
pétreos y con tres ventanas ciegas a cada lado, unas modernas cristaleras dan paso al
magno vestíbulo en el que seis pares de sólidos pilares de orden toscano, los dos
primeros y los dos últimos de mayor grosor, sirven de soporte a varias bóvedas que
cubren las tres naves del mismo, separadas entre sí por arcos fajones y formeros de
granito.
La iluminación de este espacio se realiza merced a cuatro ventanas
abiertas a cada lado, todas ellas abocinadas para no menoscabar la solidez de los gruesos
muros y conteniendo dos vanos: el inferior, de forma rectangular, y el superior, de
menores dimensiones y rematado con arco de medio punto rebajado. Todas las ventanas se
abren a sendos patios laterales de planta cuadrada que, a su vez, tienen comunicación con
la calle a través de las dos puertas situadas en los extremos de la fachada principal.
Además, desde el vestíbulo es posible acceder a dichos patios -el derecho se encuentra
muy modificado en su parte inferior por reformas modernas- mediante sendas puertas de
idéntica estructura que las ventanas ya indicadas.
La nave central del vestíbulo se prolonga, una vez traspasado el
arranque de la escalera, hasta el patio principal por medio de una galería cubierta con
bóveda de medio cañón. |